
Durante el All Hands del pasado 26 de junio se nos volvió a “vender” el programa Stay Care como una de las joyas de la corona. Aunque es una práctica habitual, no nos acostumbramos a que nos «vendan» continuamente las bondades de dicho programa que, si bien hemos de reconocer que es de calidad y que tiene buena acogida por parte de la plantilla, no deja de ser algo accesorio, y que no tiene una repercusión real en el bienestar de las personas trabajadoras de Atos, personas que están mucho más preocupadas por la estabilidad de su trabajo, e incluso por la viabilidad de la empresa.
Solo un rato después de volver a “meternos con calzador” este asunto en el All Hands, recibimos un anuncio del equipo Stay Care, relativo al reconocimiento médico voluntario en el que dicen:
“Como parte de nuestro compromiso con tu bienestar, te ofrecemos la posibilidad de realizar un reconocimiento médico gratuito y confidencial, adaptado a los riesgos de tu puesto de trabajo.”
Es decir, dan a entender que el reconocimiento médico voluntario es un compromiso que acaban de adquirir como parte del programa Stay Care, para bienestar de la plantilla, y no una obligación establecida desde hace años en el artículo 22 de la ley de Prevención de Riesgos Laborales.
Llega un momento en el que pensamos que nos tratan como tontos y como tontas y, así como en su día quisieron vendernos como medidas de conciliación cosas que no tenían que ver con la conciliación, ahora intentan vendernos como bondades de la empresa temas que son obligatorios y que, tal como han demostrado en otros asuntos, si pudieran eludir, lo harían.
Un ejemplo de esto es que se ha solicitado que los reconocimientos médicos que tan “bondadosamente nos ofrecen” incluyan un estudio audiométrico, y en principio la respuesta de la empresa fue que, para nuestros puestos de trabajo, la ley no lo contempla, lo que supondría un sobrecoste que la empresa no va a asumir. Moraleja, la empresa paga lo que es obligatorio, y punto.
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