Hace unos días, en un periódico de tirada nacional se publicó la noticia, incluyendo audios, de que el CEO de un hospital público de gestión privada de la Comunidad de Madrid había ordenado no atender a personas con determinadas dolencias para aumentar la rentabilidad del hospital.
Al día siguiente, en el mismo medio, se informaba de que cuatro de los directivos que habían recibido esas órdenes habían sido despedidos después de quejarse del comportamiento del CEO a través del canal de código ético del grupo empresarial.
Desde hace muchos años, las personas trabajadoras de Atos nos vemos obligadas a realizar un curso sobre código ético, en el cual se nos anima a usar los canales de denuncia cuando seamos conscientes de que hay algún incumplimiento de dicho código ético.
Lo publicado estos días de atrás nos lleva a hacernos la siguiente pregunta: ¿es siempre seguro hacer este tipo de denuncias a través del canal que nos ofrecen? Desde luego, no tenemos ninguna prueba de que estas denuncias sean anónimas y, por lo tanto, cabe la posibilidad de que, dependiendo quién sea la persona denunciada, se produzcan acciones de represalia contra el o la denunciante.
Tampoco tenemos la seguridad de que nuestras denuncias sean resueltas en tiempo y forma. Por poner un ejemplo, el pasado 21 de julio, la Sección Sindical de COBAS denunciábamos a Compliance el posible uso indebido de las puertas de cristal con la marca “Eviden” en un bar de Getafe. A día de hoy, casi cinco meses después, seguimos sin conocer si se ha resuelto y cómo se ha resuelto.
Nos surgen con todo esto muchas dudas: ¿es seguro el canal de denuncias de Atos? ¿cómo se garantiza nuestro anonimato? ¿realmente sirve para resolver las denuncias que hacemos?
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