El apagón en Atos.

El pasado 28 de abril a las 12:30 de la mañana sufrimos un momento histórico, uno más que contar a “nuestros nietos y a nuestras nietas”, un apagón que dejó a toda la Península Ibérica a oscuras.

Los que estábamos en la oficina, al menos en la sede de Madrid, teníamos red, gracias a los sistemas de respaldo del edificio, y podíamos hablar por Teams o correo electrónico, pero no había corriente eléctrica, por lo que pudimos trabajar todo lo que nos duró la batería de los portátiles.

Mientras tanto, los servicios de tren y metro se paraban y los autobuses y las carreteras se colapsaban.

Sin embargo, una vez más, volvimos a echar de menos a nuestra dirección, hiciera su trabajo, el de “dirigir” y dar un mensaje claro a la plantilla.

A las 14:49h. recibimos un mensaje de RR.HH. que llamaba a la calma y que sugería “evitar desplazamientos”, pero en ningún momento sonó la megafonía mandándonos a casa, ni llegó un correo indicándonos que permaneciéramos teletrabajando el día después del apagón, como medida preventiva.

En definitiva, ni la dirección le dijo a nadie que se fuera a su casa, ni el servicio de Prevención que, en caso de causa mayor, puede y debe tomar medidas, las tomó.

No volvimos a saber nada de RR.HH. hasta las 8:53 h del día 29, donde, otro mensaje poco concreto hablaba de las recomendaciones “oficiales” de evitar desplazamientos, pero, en ningún caso, se dieron instrucciones concretas sobre cómo actuar tras el apagón.

Como anécdota, en el edificio de Madrid cabe destacar que las maravillosas puertas de apertura con tarjeta dejaron de funcionar (esas que la Inspección de Trabajo ha ordenado retirar por no cumplir con la legislación vigente en materia de Prevención de Riesgos Laborales) por lo que, si salías de tu pasillo, luego no podías volver a tu puesto de trabajo. La solución, como siempre tuvo que venir gracias a la eficacia y profesionalidad de la gente de Servicios Generales, que tuvieron que improvisar las formas de mantener las puertas abiertas con los elementos que tenían a su disposición.

Por nuestra parte, hemos enviado el siguiente correo al Servicio de Prevención diciendo lo siguiente:

“Desde Cobas, consideramos que en una situación como la de ayer, una vez comprobado que es un apagón generalizado, lo que hay que hacer es pedir a la plantilla que evacúe el edificio, no dejar las puertas de acceso abiertas.”

La última noticia, un correo de nuestra CEO y el responsable de RRHH a las tantas de la tarde, felicitando a la plantilla por mantenerse en su puesto y dar servicio a los clientes. Se agradece que reconozcan el mérito de esta gran plantilla, pero del hecho de que la dirección se preocupe por si todas las personas están bien, ni una sola palabra.

Sabemos que el caos de los transportes y de las carreteras provocó que muchas personas tardaran horas en llegar a sus domicilios. Quizás, una buena gestión de esta emergencia nos habría enviado a casa en las primeras horas del apagón y nos habría ayudado a gestionar mejor el retorno a nuestros domicilios. Pero, como siempre, la empresa llegó tarde, o más bien, ni se esforzó en llegar.

1 Comment

  1. lo de siempre… yo recibí dos correos electrónicos, todos ellos con vaguedades y sin instrucciones claras de lo que hacer. Los que teletrabajamos y nos quedamos sin internet (porque el repetidor wifi de casa se apagó) o los que trabajan en una oficina que se quedó sin internet no sabemos todavía dónde imputar esas horas perdidas… dirán que a proyecto, como siempre

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