Diario de Paqui: Día nueve.

Tiempo de reinventarse

Querido diario,

Hoy me voy a poner seria. Reinventarse es uno de esos términos que últimamente se han colado en todas las charlas de café, sesiones de All Hands, cursos obligatorios y alguna que otra conversación furtiva con la nevera, y yo tengo algo que decir al respecto. Suena a gran idea, lleno de posibilidades, pero también a una montaña rusa emocional con paradas inesperadas en el “¿qué hago ahora?” y “¿por dónde empiezo?”. Así que, después de años en la empresa jugando al gato y al ratón con fechas límite, jefes imposibles y proyectos que quitan el sueño, me ha quedado claro que estancarse no es una opción, aunque a veces sea lo más cómodo. ¡Hay que salir de la zona de confort!

Porque más allá de la necesidad práctica, reinventarse tiene algo de acto de valentía silenciosa, un salto a lo desconocido con todas las dudas a cuestas, pero con la esperanza de encontrarse a una misma, a una Paqui un poco mejor, o al menos con más ganas de comerse el mundo y hacer algo bueno con su vida. No es sólo cambiar de trabajo o de departamento, es aprender a darle valor a esos talentos peculiares y divertidos que una desarrolla para sobrevivir al día a día: la paciencia, la creatividad, la capacidad de adaptación casi heroica. Así que aquí estoy, querido diario, lista para explorar nuevos caminos y darle una vuelta a todo lo que creía seguro en esta casa llamada Atos. Porque reinventarse no es solo una necesidad, es un pequeño acto de rebeldía personal en un mundo que insiste en que seamos piezas intercambiables de un engranaje que ni siquiera escuchamos con atención.

Y hoy he decidido que basta ya. Enough. Prou. Se acabaron los proyectos imposibles y los jefes con menos empatía que una croqueta congelada. He decidido que tengo talentos que nadie está contemplando y, después de ser acribillada y atormentada por enésima vez con la newsletter de la empresa, yo, la Paqui, he descubierto mi verdadera vocación: quiero que me tengan en cuenta en ese misterioso departamento que diseña talleres desenfadados para sobrevivir a la vida moderna. Mi objetivo: ser la próxima gurú del StayCare en temas como ”Autosabotajes emocionales”, “El calcio a partir de los 50”, “Gimnasio emocional” y “Seguridad en el transporte público”. ¡Y que además me paguen por ello! ¿Cómo te quedas, eh? ¿Qué te parece mi idea? ¡Yo estoy emocionadísima!

Así que aquí estoy, querido diario, frente al portátil, con una pizza de pepperoni de por medio y reorganizando mi CV para que impacte a los reclutadores del mundo del bienestar corporativo. ¡La clave está en venderse bien! Por ello, en el anexo del CV, que creo que ahora lo llaman “soft skills”, incluyo habilidades complementarias que, según mi visión, deberían ser skills indispensables para el éxito en este tipo de talleres de empresa, de los cuales, como quien no quiere la cosa, pongo un listado a modo de sugerencia:

  • “Técnicas ancestrales de procrastinación sin remordimiento alguno”.
  • “Masterclass de quejarse con elegancia: de la máquina de café al comité de dirección”.
  • “Planifica tu caos: gestión avanzada de planificaciones imposibles e hitos que no piensas cumplir”. Posibilidad de convalidación con el curso “Total, te van a pagar lo mismo”.
  • “Manual para desconfiar profesionalmente de todo menos del descanso para café”.
  • “Cómo fingir que todo va bien, aunque tu jefa sea una croqueta recalentada”.
  • “Zen instantáneo: meditación y cómo poner los ojos en blanco mientras esperas actualizaciones de Windows y Zscaler”.
  • “Cómo aparentar control mientras tu Excel se desmorona”. Posibilidad de convalidación con el curso “Total, te van a pagar lo mismo”.
  • “Cocina terapéutica para tardes de ansiedad y subidas a Producción: receta de croquetas nivel Jedi”.
  • “Manual de autoaplausos: celebra tus pequeños fracasos y sigue intentándolo”. Posibilidad de convalidación con el curso “Total, te van a pagar lo mismo”.
  • “Taller avanzado sobre venta de motos en mandos intermedios: si tus superiores pueden, tú también eres capaz de hacerlo”.
  • “Cómo sobrevivir a las videollamadas por Teams: posturas incómodas y sonrisas automáticas nivel PRO”.

Querido diario, estoy lista para transformar el departamento de talleres StayCare y triunfar como lideresa en este tipo de formaciones tan necesarias e importantes en el siglo XXI. Porque con este repertorio que propongo me siento más que preparada para dar talleres de éxito viral en la empresa. Si esto no impresiona a Recursos Humanos, queda claro que este departamento no busca talento, sino gente que sepa fingir que toma calcio y repite mantras emocionales delante del microondas. Cruzo los dedos esperando su llamada.

Qué nervios.

En cuanto me den un WBS, empiezo. Paqui.

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