Tras varios meses de ansiosa espera, hace unas semanas recibimos los dos correos más esperados del año: el correo para pedir la cesta y el correo con la convocatoria a los cursos de cumplimiento obligatorio. Hay que decir que hubo más sorpresas en el de la cesta, negativas, porque hay menos opciones donde elegir, que en el de los cursos, donde son los mismos cuatro de siempre, sin apenas cambios, aunque uno significativo; este año hay que completarlos íntegramente, ya que no hay prueba inicial.
De los cuatro cursos obligatorios: ciberseguridad, protección de datos, código ético y gestión medioambiental, por la labor que desarrollamos la mayoría de las personas que trabajamos en esta empresa, los cursos sobre ciberseguridad y sobre protección de datos parecen adecuados. En general, cualquier persona tiene acceso a correo electrónico corporativo, que puede ser un ejemplo de brecha de seguridad, y también cualquier persona accede a datos confidenciales en mayor o menor grado y debe conocer las formas de evitar que esos datos lleguen a personas o empresas ajenas.
Ahora bien, los otros dos cursos, no entendemos que necesidad hay de imponérselos a la plantilla al completo.
Por un lado, ¿de qué sirve a las personas trabajadoras de Atos saber que la certificación medioambiental corresponde al ISO 14001? En general, en el curso se habla de las actuaciones que lleva a cabo la empresa para cumplir esta certificación, actuaciones en las que solo participará un puñado de empleadas y empleados de Atos.
Por otra parte, y hablando del curso de código ético, ¿cuántas personas de la plantilla de Atos van a cerrar un trato con un cliente, de forma que puedan ofrecer un regalo para facilitar ese trato? ¿Cuántas personas van a tener que decidir si sobornar o no a un oficial de aduanas extranjero? Aparte del cinismo de este curso, ya que la dirección de la empresa se lo saltó cuando lo consideró oportuno y fue condenada por ello, si es necesario hacerlo, debería dirigirse a las personas del ámbito comercial o de gerencia, que son quienes tratan estos temas.
Por último, y como cierre, hemos llegado a un nuevo escalón de infantilización de la plantilla, enviado, a modo de organizaciones “scout”, pegatinas de campeones a todas las personas que completan los cuatro cursos.
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